6 de diciembre de 2012

Pie forzado/cartas Oh II




- Toma un círculo, acarícialo, y se convertirá en un círculo vicioso- dijo Keiko mientras dibujaba un círculo con el dedo en el cristal de la ventana.
- ¿Qué?
- La vida es un ciclo. Estamos condenados a repetir la misma historia. En cuanto eres consciente de ello ya no hay nada que hacer, formas parte del círculo y no tienes escapatoria.
- No comprendo tus palabras- dijo Akunian desde el otro extremo de la habitación. Comenzaba a impacientarse, no había tiempo que perder.
- ¿Por qué has vuelto?
- He vuelto por ti. Necesito tu ayuda, y tu necesitas la mía. ¿Quieres salir de aquí y vivir tu propia vida?
- No deberías estar aquí. No eres bien recibido. Te encontrarán y... desaparecerás, como todo lo bueno.
- Puedo obligarte a venir pero esperaba que me ayudases. ¿No quieres venir conmigo?
- Si, pero dime porqué has vuelto en realidad.
Soy como tú, tú tampoco amas. Sólo tú puedes ayudarme, porque sólo tu sabes cómo soy.
- No somos iguales, sólo parecidos. Tú no puedes amar y a mí no me está permitido hacerlo. Vámonos, antes de que nos encuentren- concluyó Keiko mientras cogía la mano que Akunian le tendía.

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